El
que no ama, no ha conocido a Dios;
porque Dios es amor (1 Juan 4:8RV-1960).
Dios
es amor y todo aquel que quiera ser su discípulo debe amar como el amo. Hoy en
día el amor se entrega como una elección, y se concede como una predisposición
a amar aquello o a quienes nos provocan una satisfacción, sin embargo el amor
del cual nos habla Dios es incondicional, no busca la reciprocidad sino más
bien es abnegado. “Y sabréis que yo soy
Jehová, cuando haga con vosotros por amor de mi nombre, no
según vuestros caminos malos ni según vuestras perversas obras, oh casa de
Israel, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 20:44). Este amor no busca nada a
cambio y por lo tanto es irracional a la concepción del pensamiento humano,
porque su origen es divino. Sobrepasa las barreras del rechazo “Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a
los que os aborrecen” (Lucas 6:27). ¿Qué
merito podemos obtener en amar aquellos de quien nuestro afecto es
correspondido? Ciertamente ninguno o demasiado poco “Lo que no cuesta nada, no
vale nada”. “Mas Dios muestra su amor para
con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos
5:8). Dios, sin duda se agradara
cuando amemos a nuestros seres queridos, pero se maravillara cuando amemos
aquellos de quienes somos objeto de oprobio.
Si
queremos amar a Cristo debemos estar dispuestos a imitar su amor, debemos entregarnos renunciando al
egoísmo, debemos esperarlo todo y a la vez nada. El amor es sufrido, es benigno; el amor no
tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece (1
Corintios 13:4). En otras palabras tenemos que amar sin perseguir otro interés que no sea solo el de glorificar a Dios a
través de la entrega del amor a nuestros semejantes. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los
unos con los otros (Juan 13:35). Cuando
amamos sin condición glorificamos a Dios, porque nadie puede amar de tal forma
si no le conoce, porque de Él proviene
la fuente de nuestra motivación.
El
amor consiste en ayudar a las personas a
encontrar la grandeza más bella, el valor más preciado, la satisfacción más
profunda, el gozo eterno, la mejor recompensa, la amistad más maravillosa. “El
amor consiste en ayudar a la gente a encontrar a Dios”
En
la medida que avanzamos en nuestro amor por Dios, es la medida en la que estaremos
dispuestos amar a nuestros semejantes y nos convertiremos en objeto de la
gloria de Dios.
Por cuanto en mí ha
puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por
cuanto ha conocido mi nombre (Salmo 91:14).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja tu comentario aqui: