“Dios es espíritu,
y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad “
(Juan
4:24 NVI).
La
gran mayoría de los jóvenes hoy en día buscan establecer relaciones que les proporcionen aceptación y estabilidad,
esto es una necesidad real, porque fuimos creados para relacionarnos y vivir en
comunidad, el hecho es que debemos
elegir quienes serán parte de nuestro grupo y estos deben ser conocidos y
aceptados juntamente con sus cualidades, defectos, características físicas etc.
También es necesario invertir algunas cosas para cultivar una amistad, como:
Tener tiempo para conversar, otras veces dinero para un obsequio, mostrar apoyo
en un momento de necesidad, entre otras cosas. Si nuestra intención es
conservarlos y establecer una relación solida que perdure, estos deberán ser aceptados
y tratados en conformidad con su manera de ser.
La
mejor relación que jamás pudiéramos tener es con Dios y para esto debemos
conocerlo y aceptarlo como El es. El es espíritu, no es alguien más, dista
lejos de lo convencional y como tal debemos buscarlo. Los medios que utilizamos para relacionarnos con El, son
aquellos que son acordes a su naturaleza,
no podemos emplear los medios humanos a los que hoy estamos tan
acostumbrados para fomentar su amistad, como enviarle un mensaje de texto
o una invitación de amigo al facebook,
No, “Dios es espíritu” y por lo tanto debemos buscarle con el espíritu. Esto
implica llamarle desde los más profundos de nuestro ser, esa parte en nuestro
interior que se humilla y reconoce a Dios, que le desea con sinceridad y
fervor. “El sacrificio que te
agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al
corazón quebrantado y arrepentido” (Salmo 51:17). ¡Un corazón humillado siempre cautivara la atención de Dios!
Esta
relación debe cultivarse desde el interior en “el espíritu” porque el cohabita
dentro nosotros mismos. ¿No saben que
ustedes son templo de Dios y que el Espíritu
de Dios habita en ustedes? (1 Corintios 3:16). Su espíritu
reposa en nuestro corazón y es desde allí donde surge la comunicación, la
consolidación se alimenta de la conversación intima y constante, del respeto y
del agrado que se muestre con El.
Nuestra
comunicación debe fluir y transmitirse a través del lenguaje de la adoración
sincera. “Sacrificios vivos Por lo tanto,
hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que
cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como
sacrificio vivo, *santo y agradable a Dios” (Romanos 12:1). Con
un Gozo que proviene del espíritu no
basado en emociones e intereses si no en convicciones de un deseo supremo de conocerle,
desearle y glorificar aquel que es objeto de la adoración, ¡a medida que te muestres sinceramente interesado, llegaras a escuchar
desde lo más profundo de tu corazón la voz apacible del amigo fiel que tanto has anhelado!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja tu comentario aqui: