El cristianismo a la manera de cada cual no es mucho estímulo para el cansado y agotado.
La autosantificación abriga poca esperanza para el adicto.
Llegamos al punto en que necesitamos más que buenos consejos: necesitamos ayuda. En algún lugar en nuestro viaje a casa, nos damos cuenta que una proposición de mitad y mitad es demasiado poco. Necesitamos más.
Necesitamos ayuda. Ayuda de adentro. No cerca de nosotros. No sobre nosotros. No en derredor nuestro, sino dentro de nosotros. En la parte que aún no conocemos de nosotros. En el corazón que nadie más ha visto. En el rincón más escondido de nuestro ser reside, no un ángel, no un filósofo, no un genio, sino Dios.
Cuando Dios susurra tu nombre!.
Lucado, Max ; Gibbs, Terri A.: Gracia Para Todo Momento. Nashville : Caribe-Betania Editores, 2000, S. 280
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja tu comentario aqui: