Y también nos gozamos de las aflicciones, porque nos enseñan a tener paciencia. Romanos 5:3
Parece difícil pensar que alguien pudiera contentarse de las circunstancias difíciles o aun que estas crisis nos dejen algo bueno.
Como seres humanos siempre tenemos esa predisposición a evitar los momentos de tensión, porque nos producen dolor, es parte de nuestra naturaleza siempre andar buscando ese estado de confort que nos haga sentirnos bien. Ciertamente nadie quiere pasar por esos momentos en los que nos sentimos impotentes ante la situación o cuando parece no haber una salida.
Pero estos tiempos son inevitables, la crisis tarde que temprano vendrá y esta siempre cumple un objetivo; Ha sido diseñada para moldearnos y hacernos crecer como personas, en muchos aspectos. Uno de estos aspectos es en la paciencia.
La paciencia, es ese estado que te permite mantenerte tranquilo ante las circunstancias adversas.
Entre sus beneficios están que: te permite manejar esas situaciones difíciles de la mejor manera, en calma, pensando con claridad, manteniendo los estribos y la cabeza en su lugar. Esto te aclara el panorama para tomar una acertada decisión y evitar el error.
La paciencia es ese estado que te mantiene confiando y aguardando la resolución, sabiendo que todo saldrá bien; Porque confías en Dios.
Muchas veces en momentos de tensión Dios nos imposibilitara para que paremos y aprendamos a confiar en El. Mientras el proceso se lleva a cabo en nosotros y el resuelve la situación. El dolor aflorara y nuestra fe sera probada. Pero una vez terminado el trabajo, el resultado se vera reflejado en la madurez y el carácter de Cristo en nuestra persona.
La paciencia, no solo es indispensable para afrontar los momentos de tensión, sino también es necesaria para culminar la carrera.
La paciencia es la obra sobrenatural en el corazón de aquel que se somete y decide esperar en Dios.
En circunstancias difíciles esperemos y seamos pacientes, sabiendo que Dios esta esculpiendo su magnifica obra en nosotros.